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Cuando te invitan inesperadamente a hablar en público (formal pero no de traje)

Apr 28, 2020

Como responsable de grupos de trabajo, todo el tiempo hay comunicación con el equipo: juntas de trabajo, listas de correo, grupos de mensajería instantánea, llamadas telefónicas, reuniones sociales y ocasiones especiales, algunas de ellas formales y otras informales.  

En estas reuniones, «el código de vestimenta» forma parte de la cultura de la empresa y ciudad en la que se trabaja y vive. 

Recuerdo cuando nos mudamos de ciudad por cuestiones de trabajo y nos invitaron a un evento, no sabíamos cómo vestir y la respuesta fue «formal, pero no de traje», que también puede entenderse como «informal, pero no de tenis». 

 Lo cierto es que los seres humanos SIEMPRE comunicamos, incluido el lenguaje no verbal, la forma en la que nos vestimos, caminamos o nos paramos, el entusiasmo que transmitimos, dice algo.  

Unas palabras.  

Hemos platicado lo importante que es estar preparado para las reuniones formales, pero ¿qué hay de las informales? Por ejemplo, cuando te piden decir unas palabras en la fiesta de despedida de la compañera que se jubila, o en la comida de fin de año y no tienes algo preparado, ¿qué hacer? 

Lo cierto es que hay personas que son muy ocurrentes y buenas improvisando, se les da de forma natural, son una minoría.  

Dicen que el cerebro funciona maravillosamente, desde que naces hasta que tienes que hablar en público… es un miedo común y a veces intenso y ese miedo es el que nos impide pensar de forma clara. 

Al frente de un grupo de trabajo será más frecuente tener esa responsabilidad, tanto para ocasiones formales y programadas para las que sin duda vas a prepararte y practicar y las informales, en las que te «pueden agarrar fuera de base».  

 

Qué, Cómo, Cuándo.  

Como líderes de grupos de trabajo, todo el tiempo generamos impacto. Tener un mapa para las situaciones imprevistas ayuda a estar mínimamente preparado para ocasiones donde nos pidan hablar.  

Para el contenido del mensaje (el qué), se puede ser muy conciso estableciendo tres momentos en el tiempo: pasado, presente y futuro. Por ejemplo, «reconocemos a Conchita por tantos años de dedicación, estamos ahora reunidos para agradecer su empeño y alegría durante toda su carrera y le deseamos lo mejor en esta nueva etapa que comienza.»  

La forma en la que decimos el contenido (el cómo) tiene que estar conectado con la persona y audiencia, ya estamos en el nivel emocional de nuestro mensaje y debe tener autenticidad, pensar en algún momento en especial asociado a esta emoción puede ayudarnos a ponernos en sintonía con la ocasión. 

Recordar que todo comunica, la forma en la que nos paramos, el tono y volumen de la voz, todo.  

Finalmente, el cuándo, puede resultar lo más sencillo si se tiene radar social, es importante. 

Preguntar a los organizadores, qué opinan al respecto es de mucha ayuda y va en el sentido de estar mejor preparado. Algunas veces, será al inicio del evento, otro después de la comida, el tiempo en el que se dice y la duración son importantes. 

La regla de oro es si el mensaje es bueno y breve, es doblemente bueno.

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