Ten cuidado con “dejar la fiesta en paz” con la persona difícil en tu equipo de trabajo.

En todos los equipos hay personas difíciles, conflictivas a veces.

Tienes la opinión de que no se dejan ayudar, incluso prefieres dejar las cosas como están. Eso es un error.

Conversar con todo tu equipo, es tu responsabilidad.

Como líder asume que puedes ayudar.

Es cierto que hay quienes no están abiertos a recibir retroalimentación, no lo ven como oportunidad de crecimiento o no les importa. Es frustrante. Hay otras ocasiones, por increíble que parezca que ¡nadie se los ha dicho!

Ten mentalidad positiva y piensa que puedes lograr un cambio.

Aleja el juicio. Dales el beneficio de la duda. Debes ser neutral y piensa que todos tenemos una historia.

Prepara la conversación.

• Anota las preguntas que quieres hacer.

• Busca un momento del día en que tengas cierta libertad y pocas interrupciones.

• Escucha de forma activa.

• Haz referencias a temas específicos: Lugares personas, momentos. Por ejemplo: "¿cómo crees que se siente el equipo cuando levantas la voz en la junta?"

• Cuando te toque dar una opinión, acuérdate de comentarlo desde un punto de vista personal, no tenemos toda la verdad. "Yo siento que el equipo se inhibe de hablar de retrasos del proyecto o sus causas, porque no los dejas presentar la información", por ejemplo.

Tu reto es cambiar a la gente de adentro hacia afuera.

Las personas cambian cuando se convencen a ellas mismas, cuando visitan sus historias personales y crean conciencia.

Cumplir los objetivos en tu equipo debe ser resultado de enfocarse en el proceso, el más importante de ellos es la confianza entre sus integrantes. Cultívala, es mejor tener una conversación difícil que tener una paz simulada.